lunes, 12 de noviembre de 2012

Son todo razones



Todo son razones para una huelga general.

En una situación de debacle económica, inestabilidad para la población, tasa de desempleo extremo, salarios carcomidos que envidian el mileurismo, la insuficiente ayuda a los desempleados de larga duración en la cuerda floja, aumento de la carestía de vida, empeoramiento de las condiciones de trabajo, rescates a entidades financieras desde el Estado, merma de servicios públicos... Todo son razones para ello.
Aunque se nos diga que es una huelga injustificada porque los dirigentes del Estado no tienen la culpa de esta situación, este gobierno o los anteriores. Aunque nos digan que no fueron ellos los que legislaron y le dieron un soporte legal a la burbuja inmobiliaria. Aunque nos digan que una buena parte de la deuda no se ha contraído por la corrupción sistemática ligada a las administraciones. Aunque nos digan que ellos no hicieron la vista gorda con el fraude fiscal de las grandes empresas, que acumulan la mayor parte de la deuda. Aunque nos digan que no son los salvavidas de la banca los que han sacado recortando nuestros servicios públicos, que pagamos con nuestros impuestos. Aunque nos digan que es mentira que llevaron a cabo dos reformas laborales que permiten a las empresas despedir prácticamente gratis a sus empleados o modificar su contrato a capricho.
Aunque digan todas las mentiras a las que están acostumbrados, son todo razones para ir a la huelga. No por los sindicatos mayoritarios, ni por la oposición. Por todos los de a ras de suelo, los que realmente estamos sufriendo esta crisis fraudulenta. Los parados de más de cuarenta y cinco años, los jóvenes desempleados, los de larga duración, los que están explotados en el trabajo, los que no sabemos cómo tendremos que vendernos para pagar la carrera, los que están explotados bajo cuerda y a destajo, subempleados, sin seguro y en negro, los estudiantes que queremos una educación de calidad, los empleados del servicio sanitario, para poder brindar una salud pública que nosotros costeamos, los autónomos de toda clase, tiendas de alimentación, talleres, los empleados de servicio de transporte. Todos. Contra un sistema que es corrupto, desde su ley electoral hasta sus tres niveles de organización territorial.
Por atajar la pobreza que nos aborda, por una remodelación de nuestra economía, por dar vida al sector productivo e industrial, por dar aliento a un mundo rural que agoniza, por poder tener en nuestras manos la semilla de nuestro futuro, sin el dominio despótico de las fuerzas financieras y unas leyes que les abalen y les permitan saquearnos impunemente.

Por todo ello y todo lo demás,
¡TODOS A LA HUELGA GENERAL!


 


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